martes, 26 de marzo de 2013


El tiempo ha atacado mis defensas y vencido toda fortaleza que me protegía.
Las lágrimas han erosionado mis esperanzas y el virtuosismo de mis ideas muere lenta y dolorosamente.
Tiendo los brazos a un cometido opuesto a mis ideales de vida, a mis sentimientos, me abandono a un soldado que lucha contra mi propio ejército.
¡Ajetreado y absurdo mundo, arranca de mi alma todo lo que algún día me hizo esbozar una sonrisa y arrójalo a la oscura niebla de la que vistes esta sociedad!
No he sido fuerte, y mi debilidad se ahoga en una copa, en la confusión de la noche, en lágrimas del pasado.
Se ahoga, y como débil despojada de toda su cobardía me muero, sin ti,  tal y como estaba antes de ese día en que pasaste de ser lluvia a convertirte en  ese mar en que me ahogas.