lunes, 23 de septiembre de 2013

Tarde, mal y siempre.


Tú, tarde, mal y siempre.
Un caminante más en un mundo que no entiende de caminos al andar.
Un soñador que ha comprado su sueño a un farsante.
Una mirada desde lo alto de la nada, para controlar la vida que no parpadea.
Tú, un millón entre tantos unos.
Una carta arrugada de tantas que logré escribir.
Y yo.... tarde, mal y siempre.
Muriendo por tus caminos y tus sueños falseados.
Por tu mirada.
Muriendo por tí, un uno entre tantas cartas, un millón entre arrugas de tinta.
Yo, tarde para abandonarte
mal para resistirme
siempre... siempre para tí.

martes, 17 de septiembre de 2013

Continuo aleteo de un pasado sin tí.


La palabra "mañana" corría desgastándole la suela al tiempo.
Yo naufragaba en cada segundo que rodaba por mi piel, como una cascada.
Te echaba de menos cuando estaba contigo y era cuando te perdía que valoraba cada instante de añoranza.
Las ciudades necesitaban más de pasos que de calles, más de cuerpos que de suspiros.
No había siquiera balcones para los poetas, ni tinta, ni poesía, sólo la palabra "poeta" y un abrigo, cobijándose del frío de Diciembre,
Mis sentidos se abandonaban a la lógica, aquella contra la que habían luchado. Alzaban una bandera blanca manchada de carmín, de deseo, un "te espero mañana" disfrazado de rendición.
Y no mentían.
Te esperaban mañana, pero se hartaron de esperar y se dejaron seducir por la locura.
Qué dulce la locura que me permitió conocerte... qué ingenua yo tendiéndole la mano.
Aún espero noticias de los pasos que abandonaron a las calles, de los poetas huérfanos de poesía y balcones, del calendario que puso nombre propio a mi locura.
Aún espero noticias tuyas, en cada papel que leo, en cada ciudad que me secuestra, en cada una de nuestras miradas de silencio.
Aún te espero... pero prefiero que seas sincero y me ataques con un adiós en vida a que permitas que me envenenen el tiempo y la esperanza mintiéndome diariamente al son del "te veré mañana".

domingo, 1 de septiembre de 2013

Frases breves para sentimientos eternos.


"Cada noche que malgasto soñándote se escapa más rápido que su día."
Ayer el Sol se decidió a madrugar, creo que quería despertarme.
La calle fría me contaminaba de sus sentimientos, me robaba mi propia vida engañándome con la alegría de la mañana que jamás debió nacer.
Un paso tras otro avancé en la calle, retrocedí en el tiempo, me perdí en mi ideas y abandoné el mundo sobre el que estaba caminando.
Tú, yo, ¿qué era ahora de estas palabras sin poder existir un nosotros?
Cómo duele todo cuando se va, y cómo enamora ese dolor, qué vivos nos hace sentir.
Somos idiotas y masoquistas, pero tal vez no sea malo sufrir cuando nosotros mismos nos creamos la necesidad del sufrimiento... Quizas el mismo sufrimiento tenga algo de ambiguo... como su nombre: Sufri-miento.
Miento.
Una mentira, ahí está la respuesta que quería encontrar.
No es sufrimiento verdadero el amor sino un sentimiento tan profundo que intenta desbordarnos, salir de nuestra piel creyéndola indigna de su valor.
No es dolor auténtico, es algo grande, hermoso...
Reflexionaba sobre la ambigüedad de esta palabra tan poderosa que utilizamos a la ligera cuando de pronto mis pasos me frenaron y casi me obligan a caer.
Un hombre alto miraba a una chica.
Ella sonreía, una sonrisa por cada palabra que él pronunciaba, un "quiero ser tuya" en cada asentir de su cabeza, un "te quiero" cada vez que agachaba la mirada.
Él la miraba... puede que aún sin amarla como en un futuro lo haría, pero empezando a enamorarse de la inocencia en su mirada, de la fuerza de sus pensamientos, de la energía de sus palabras.
Allí estaban... dos miradas jugando a ser nosotros.
Dónde hemos acabado... siendo simplemente el guión de una realidad paralela...
Tenemos que admitirlo, no somos más que dos papel secundarios, desde el día en que decidimos que "Tú" y "Yo" no necesitaban ser más aquel brillante "Nosotros", aquel inexistente para siempre.
Fría, inmovilizada frente a aquella pareja de extraños comprendí que a veces la palabra "Sufrimiento" encierra más de lo que nadie puede imaginar... guardó entonces para mí el amor inmenso que me hizo daño... pero también el vacío eterno que me dejó la ausencia de ese dolor.