miércoles, 19 de febrero de 2014
Ven,
que tanta lluvia está difuminando la acuarela
y las calles cada día son más pasos que aceras.
Déjame contarle a alguien
que me ahogo cada vez que sonríes
y en lugar de buscar tierra firme que pisar
me quedo embobada mirándote,
hasta tocar fondo.
Ven,
que se están apagando las luces
y me da miedo que mis noches sigan siendo horas
en lugar de sábanas compartidas.
Necesito que me creas
ahora que ni yo misma lo hago,
que mientas y nada salga bien.
Pero que mi barco se hunda contigo
para que no duela tanto.
Rescata, como hiciste siempre, un par de sonrisas cada mañana,
y róbame el juicio, que me van a declarar culpable
de haber perdido el tiempo y no estar arrepentida.
Vuelve,
que te has llevado el calor del único mes que escribo con mayúsculas,
y los márgenes de mis poesías,
y mis ganas de volver a verte.
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