lunes, 9 de junio de 2014


He tomado aire sin tí
e intentado escribir un par de versos,
entre suspiro y suspiro.
Hoy, el hueco que dejaste dividiendo la espalda y el pecho 
ha latido tímidamente.
Me han temblado los dedos al tocar la última margarita de la primavera 
y he dejado lo de deshojarla para la siguiente ilusa
que se contagie de las falsas esperanzas de Abril.
Me he dado cuenta de que soy testigo de tu vida
pero que no formo parte de ella.
He sonreído desde lejos
y susurrado que espero que todo te vaya bien.
No me has oído.
Cuando te pierdas en otros brazos
dibujes ríos en mejillas desconocidas,
y derroches carcajadas
acuérdate de cómo fuiste el eje de una vida
que se apoyó en el punto equivocado.
Y es que nunca pensé que ver cerrarse las heridas fuera a ser tan doloroso.