miércoles, 31 de diciembre de 2014

Gracias por el 2014.

Mi 2014 no ha sido sólo 365 días. Han sido 4 segundos en una estación,
10 minutos en un cubo de luz rosa,
2 horas viendo amanecer con mi gemela y unas cuantas copas de más,
8 meses de viernes con aspiraciones cinematográficas,
2 minutos cantando en un escenario nada más comenzar el año
3 hora sin salir de la piscina
30 minutos de despedidas
1 hora al día durante doce meses intentando crear algo que me consiga hacer eterna,
2 horas y media en el mejor concierto de mi vida,
2 segundos mirando a los ojos a la persona que me hizo fuerte,
1 día en Barcelona,
7 minutos de un abazo que no debió acabarse nunca,
4 horas actuando,
20 minutos componiendo mi primera canción,
30 días de abril con expectativas imposibles,
1 navidad descubriendo la poesía,
10 minutos de un viaje en autobús grabando la lluvia
3 horas de madrugada montando un vídeo demasiado corto para describir una historia demasiado grande,
3 días sin querer salir de la cama con miedo a retroceder dos años,
20 minutos en Plaza España presagiando otros dos años de espera,
12 meses de sábados en una cafetería entendiendo lo que es sentirse querido,
5 viernes improvisando,
1 hora pintando un acantilado para hacer nuestro un trozo de mar y
un año entero deseando volver a 2012 sin darme cuenta de que poco a poco el 2014 se había convertido en 365 días que no voy a olvidar nunca.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Ha muerto Saudade.



Debo de estar escribiendo el poema más triste de mi vida
porque oigo los cristales agitarse por dentro.
Pero el tiempo los está haciendo arena
y ya no son capaces de cortar.
No puedo quedarme enredada en una persona que nunca quiso que me quedase,
sólo atarme,
por si acaso pasan los años y aprieta el frío.
Por vanidad,
no por mí.
Fuiste el tercero y yo, la vencida.
Siempre con tu convicción de que no puedes anclarte,
y yo
segura de que ir a buscarte era mi manera de huir.
Nadie escribiría Moulin Rouge con una historia como la nuestra.
Aun no sé quién es él.
Pero decidle que mereció la pena.
No sé quién eres.
Te volveré a ver por la calle y el resto de personas del mundo me parecerán vacías
incapaces de cerrar mis cicatrices
y abrirme llagas en el pecho sin que me de cuenta.
Nadie más hará arte de una falta de ortografía.
Que yo te haya perdido no significa que el amor no exista,
al menos no para los demás.
Le daré la oportunidad de sorprenderme,
esperando que no me tenga otros dos años muriendo de hambre,
haciendo de palabras inverosímiles situaciones hipotéticas.
Que no me mantenga con vida para verme morir de frío
mientras él se pierde en los labios de otra
que intenta reír más fuerte
que la propia vida.
Todo empezó a romperse cuando estaba a dos pasos y le echaba de menos,
e intentaba inventar el amor perfecto que no entiende de celos y mujeres invisibles.
Perdón por los poemas,
gracias por la poesía.
Ha muerto Saudade.



domingo, 16 de noviembre de 2014



Fuiste peor remedio que cualquier enfermedad.
Atacando las defensas a menos tantos grados,
consumiendo 
mi vida
bajo cero.
Voy a poner un "no" delante de todos los versos,
voy a hacer de los días que recuerdo una gran bola de papel,
ponerle título de poemario
y recitarlo con la voz entrecortada.
Porque ya no me los creo.
Voy a olvidar el camino de tu boca a mi espalda,
borraré cada paso de cebra en mi cuello,
cada esquina que supiste doblar
antes de darme las buenas noches.

Voy a aprender a quererme
antes de volver a amar.

martes, 4 de noviembre de 2014


No queda nada.
No quedan Iglesias por engalanar,
no quedan mentiras con las que convencer al pueblo.
No quedan lienzos,
no quedan ideas,
no quedan mujeres de porcelana.
No quedan espacios,
no quedan carretes,
no quedan películas por rodar.
No quedan dramas, 
no queda poesía,
no queda papel en blanco.
No quedan museos,
no quedan teatros,
no quedan salas de cine vacías.
No quedan muertes,
no quedan besos,
no quedan misterios sin conocer.
No queda fuerza,
no queda vida,
no queda un taburete vacío en el bar.
No quedan miradas,
no queda sexo,
no queda tiempo para esperarnos.
No queda vida
ya no nos tocamos,
no queda frío...
No queda nada.

jueves, 25 de septiembre de 2014



Me dijo:
Grabaría una puta película sobre tí.
Desnuda.
Mirándome a los ojos,
sonriendo
y agachando la cabeza.
Y los hombres
antes de correrse,
llorarían.

sábado, 20 de septiembre de 2014

"Puedo, y quiero. Porque querer es poder, ¿sabías?"



Me pasaré la noche escribiendo
que quise pero no pudimos.
Otra vez.
Me pasaré la noche descifrando cuerpos que no recorrerían un kilómetro por mí.
Besando cerveza tras cerveza todas las bocas que desaprobaste.
Mirando a escondidas a quien no sepa leer miradas,
Me pasaré la noche recorriendo las calles sola,
buscando algún mentiroso que me invite a unas copas de más,
a ver si hay suerte.
Volveré de madrugada, si es que alguien espera,
recordando que nunca estuvimos solos,
que nunca nos miramos a los ojos,
que no supe decirte que eras tú.
Que no quisiste entenderme.
Te culparé de los dos años que me ha hecho perder
tu estúpida manía de jugar con los dobles sentidos.
Que puedes ,
si quieres,
pero  es que nunca quisiste llegar más allá del paso de peatones de mi casa.
Me pasaré la noche preguntando a quien me encuentre si se llama como tú,
si puede al menos fingirlo por unas horas,
si no intenta saber quién soy.
Porque sólo tú lo adivinaste.
Podré aprender mil lenguas durante estas horas,
helarme de frío y reclamarle un par de estrellas a Van Gogh.
Pero
te pasarás la noche con otra
y no seré yo,
y habrá amanecido otro día sin tí
sin quererlo
ni poderlo.

viernes, 15 de agosto de 2014


Ya he caído de bocas más altas que tú
pero esta es la primera vez que no cuento contigo esperándome en el suelo.
Se están agotando las poesías,
porque esto, amor, nunca fue de antología.
A lo mejor te he hecho de piedra
al tropezar tantas veces contigo.
Así que prefiero que no hablemos de tejados a los que tirarte,
porque has hecho de mis sábanas el peor de los desiertos.
No sabes lo que es el vacío
porque nunca has vivido un mes sin tí.
Imagínate, a mí aún me queda una vida por delante.
Te elegí a tí entre todos los besos robados
porque tenías esa sonrisa que me hacía sentirme culpable de no haberte conocido antes.
Detuviste la primavera y qué triste,
nunca llegué a saber lo que Neruda quería hacerle a los cerezos.

jueves, 7 de agosto de 2014


"Tal vez volvamos a vernos
y compadezca a la persona
que entristece tu perfil."
-Andrés Suárez.

martes, 5 de agosto de 2014



De todo salimos con vida
pero se nos van apagando las ganas de vivir.
Cada vez nos sentimos más cómodos siendo escombros.
Duelen las sábanas vacías,
las persianas bajadas
porque no quiero esperarte.
Las películas se queman
y las mismas melodías se me antojan migrañas,
manos apretando la cabeza
y forzándome a recordar tu forma de reírte.
Valiente idiota.
Ahora no sé cómo gritar que me he perdido
y no tengo palabras para explicarte que me estás matando
pero que sólo tú puedes salvarme.
Y es que nunca vas a leer esto.
Ni sabrás que son las tres de la madrugada
y sigo sin poder dormir.
Y no quiero.
Porque tengo miedo a despertar
sonriendo
todavía pensando que no te has ido. 

lunes, 7 de julio de 2014


Ya no me queda nada.

Aprendí a vivir de ausencias,
con latidos a destiempo
y ahora al concepto de supervivencia le sobran cuatro kilómetros.
Las calles han perdido pasos,
lo juro,
y me despierto entrelazando mis propios dedos
susurrándome que no está todo perdido.
Pero mira, no hay quien te encuentre.
No me quedan ideas para escribirte
ya no me quedan alicientes para sobrevivir sola cada bache.
Ya no espero un abrazo que congele mis miedos,
y qué mierda de poeta
pintado amores imposibles
sin atreverme ni siquiera a pedirte
"quédate"
a susurrarlo
a retenerlo
a inventarlo una noche más.
Porque a lo mejor no he buscado ánimos para seguir fingiendo
ni hombros para cargar con el peso
de haber nacido a destiempo,
y de habernos creído posibles.

sábado, 5 de julio de 2014


Tanto frío
y tan poco tú.
Reduciendo el espacio que teníamos
corriendo
en círculos 
sin vernos.
Qué sabía el mundo de poesía
si no te había visto 
a tí.
Cómo hemos aprendido a amanecer
tan rápidamente
sin mirarnos las sonrisas desgastadas
y la marca de la almohada
inventando relieves aún sin perfilar.
Los párpados cerrados intentándose cortinas
ocultando las ganas de vivir
que gritaba nuestra forma de mirarnos.
El mundo nos tenía miedo
y ahora soy yo quien me escondo.
Porque tenían razón
incluso el invierno puede dejar de tiritar.

lunes, 9 de junio de 2014


He tomado aire sin tí
e intentado escribir un par de versos,
entre suspiro y suspiro.
Hoy, el hueco que dejaste dividiendo la espalda y el pecho 
ha latido tímidamente.
Me han temblado los dedos al tocar la última margarita de la primavera 
y he dejado lo de deshojarla para la siguiente ilusa
que se contagie de las falsas esperanzas de Abril.
Me he dado cuenta de que soy testigo de tu vida
pero que no formo parte de ella.
He sonreído desde lejos
y susurrado que espero que todo te vaya bien.
No me has oído.
Cuando te pierdas en otros brazos
dibujes ríos en mejillas desconocidas,
y derroches carcajadas
acuérdate de cómo fuiste el eje de una vida
que se apoyó en el punto equivocado.
Y es que nunca pensé que ver cerrarse las heridas fuera a ser tan doloroso.



sábado, 3 de mayo de 2014


Ni siquiera nuestros puntos suspensivos
fueron capaces de cerrarnos las heridas.
Nos empeñamos en abrir surcos profundos
entre cada frase que no pudimos acabar.
Nos besamos como si hubiese un mañana.
Porque nos pertenecía.
Y ahora damos vueltas en círculos
porque ya no sabemos dibujarnos los lunares
y escuchamos el ruido de la ropa al caer al suelo...
sintiéndolo como tal...
ruido.

Pudimos haber sido magia
pero la magia no existe.
Sólo hay hombres hábiles
que memorizan trucos.
Y acabé por encontrar el pañuelo escondido en tu manga.
Y todo empezó a derrumbarse.

Se hicieron pedazos las miradas y las promesas.
Nuestros besos no querían separarse
pero se dejaban guiar por la inercia y la rutina...
y ya no sabían erizar la piel.
Recorrer las calles dejó de ser un camino hacia ninguna parte
y nos quedamos reducidos a dos transeúntes que buscan recuperarse,
teniéndose tan cerca.
A lo mejor los gatos no amanecen en los mismos tejados
por miedo a ver las tejas rotas por la mañana,
y desencantarse.
Por eso nunca vuelven.
Y ahora que todo se ha apagado
tengo miedo.
Miedo a que no vuelvas,
y tener que recordarte a partir de ahora en pretéritos que nadie utiliza.
Pero este miedo es diferente.
Este miedo no pide a gritos tus abrazos.
Y me está matando.

miércoles, 16 de abril de 2014

martes, 25 de marzo de 2014

El peor día de mi vida


El peor día de mi vida no quiso dejarme dormir.
Las estúpidas mariposas de los tópicos, que llevaban haciendo de mi estómago un jardín durante todo el año, sabían que era la hora de morir.
Nadie quiere morir.
Y se volvieron avispas.

El peor día de mi vida amanecí muriendo por culpa de sus aguijones.
La parte más dura de los días que te matan es sonreir hasta que los demás puedan aceptar tus lágrimas.
Nadie entiende por qué lloras tres horas antes de decir adiós.
Nadie entiende que antes de despedirme ya había imaginado el resto de mi vida sin tí.
Y tres horas no fueron suficientes para llorar todo lo que sabía que me faltarías.

Maldito Junio.
Qué bien sentaba a todo el mundo aquella mañana.
Malditas avispas.

El peor día de mi vida me propuse retener el tiempo
y vivirlo como si todos los relojes fuesen a frenar en seco al separarnos.
Todo habría sido más sencillo así.
Pero las calles fueron las mismas,
los pasos,
la gente,
incluso yo.
Creo que te quise porque cuando estaba contigo me olvidaba de todo lo malo.
Llegue a olvidarme de que no iba a volver a verte.

El peor día de mi vida, recuerdo, que durante un par de minutos no pude decirte nada.
Memoricé las arrugas de tu frente,
tu forma de caminar,
y todas las historias que me contaste.
La última vez que te abracé no cerré los ojos.
Mire a través de la ventanilla y asentí en silencio ante el "nos volveremos a ver".
Como si me lo creyese.

El peor momento del peor día de mi vida no fue perderte.
Lo peor fue bajar a la calle,
y mirar a todos lados por si habías vuelto.
Por si habías decidido quedarte.

Peor que morir por culpa de los aguijones es sentir cómo se escapan las avispas.
Porque en ese momento me di cuenta de que no ibas a venir.
Me había quedado completamente sola y avergonzada de seguir esperándote mientras me daba cuenta
de que el peor día de tu vida no lo marcan las distancias
sino ser el único que se despide
cuando el otro sólo dice adiós.

lunes, 24 de febrero de 2014

Imagínanos- Andrés Suárez





"Imagíname feliz, asíe será como un cuento 
imagínate un desliz sobre un tapiz de cielo 
Luego escribiré Berlín para que llegue el invierno, 
rodaremos y el jardín será un vestido nuevo. 
Luego otra vez a vivir, luego primavera invierno... 

Imagínatelo así, con esta cara de baile 
como quien te hace reír y te besa en la tarde 
luego una canción sin mi. 
Imagínate un perdón por lo bailado, un no te quiero tanto sin salvarte antes, 
reavivar desplantes posado en tus labios, levitar sin aire queriendo ser viento, 
tengo demasiado tiempo libre para ser feliz, 
tengo que salir de aquí, me estoy volviendo cuerdo 

Y miro la cara que tiene la luna y yo, 
que busco en la tuya el futuro y lo encuentro solo cuando bebo 
lo siento, me voy... 
y un colibrí de palabras, lentas sin significado, 
a una garganta que canta,un medidor de pasado, 
aun no es tarde es mañana, aun me quieres callado.. "

                                                             

                                                                        -ANDRÉS SUÁREZ.



Me he tomado la libertad de utilizar esta canción para llevar a cabo uno de mis pequeños proyectos: hacer un vídeo musical.

Aquí os lo dejo.

miércoles, 19 de febrero de 2014



Ven,
que tanta lluvia está difuminando la acuarela
y las calles cada día son más pasos que aceras.

Déjame contarle a alguien
que me ahogo cada vez que sonríes
y en lugar de buscar tierra firme que pisar
me quedo embobada mirándote,
hasta tocar fondo.

Ven,
que se están apagando las luces
y me da miedo que mis noches sigan siendo horas
en lugar de sábanas compartidas.

Necesito que me creas
ahora que ni yo misma lo hago,
que mientas y nada salga bien.
Pero que mi barco se hunda contigo
para que no duela tanto.

Rescata, como hiciste siempre, un par de sonrisas cada mañana,
y róbame el juicio, que me van a declarar culpable
de haber perdido el tiempo y no estar arrepentida.

Vuelve,
que te has llevado el calor del único mes que escribo con mayúsculas,
y los márgenes de mis poesías,

y mis ganas de volver a verte.




El amor siempre fue una mierda.
Pero yo escondía la cabeza entre las sábanas,
porque no quería verlo.
Por miedo a despertarme
y no tener a nadie a quien imaginar
enredando la cama tan vacía.

Fui de mano en mano sin que nadie me tocase
clavándome puñales cada Junio
y guardándolos en un cajón como recuerdo
a falta de caricias.

Supongo que me mantenía viva aquello de salir a la calle
por si nos cruzábamos
y podía agachar la cabeza
y notarte mirando.
Aunque nunca te importase.

Quería nadar entre la gente,
y poner nuestra piel en sus historias.
Ganar al tiempo y congelar un beso por decirte
que nada pesó tanto como quererte sola.

Tenía miedo
de perder los buenos momentos en que mirabas a otras
y me daba fuerzas con los "puedes ser tú".

Pero ya ves.

Se me han cansado las lágrimas de esperarte
y he visto llover tantas veces que ha dejado de gustarme el invierno.
Hay días en los que intento decir otro nombre
pero nunca me sale poesía
y acabo llorando en las mismas palabras de "nuestras canciones"
que nunca llegaste a escuchar.

Memoricé los días del calendario
arrancando tallos a las margaritas,
para inventar el "no le importo" como alternativa al "me quiere", "no me quiere".

El amor es una mierda,
así que ven,
que no todo tiene que morir por desgaste.
Y Abril está a la vuelta de la esquina
con miedo a encontrarme aún agachando la cabeza al verte.

sábado, 1 de febrero de 2014



A veces te invento.
Y no hay cómo hacer que no se me aceleren el pulso y la sonrisa.
Se hace de noche,
y me sorprendo vaciando un vaso en el alféizar y gritando al Sol por qué se ha ido.
Luego me doy cuenta de que siempre es así, 
bebo otro trago,
me río,
y sigues faltando igual de fuerte.
A veces quiero hacerte con las manos más que poesía,
desvestirte de otra manera que no ahogue en letras,
y ponerme pesada con lo de que me gusta la forma en la que miras.
Yo que sé, que me gustaría aprender contigo
que no por escribir el nombre de los meses en un montón de páginas hacemos un calendario
y que no nos quedan días para repetirnos todo lo que nos gustó decir.
A veces te invento,
y no cambio una sola arruga de tu frente,
ni tu manía de llegar impuntual,
ni esa tontería de no mirarnos cuando está lloviendo.
A veces te invento,
y prefiero emborracharme con el Sol a gritos
antes que darme cuenta,
de que no soy quién a inventarme a tu lado.

lunes, 27 de enero de 2014


Si pudiera verte todas las mañanas,
sin importar el color del día,
ni su nombre.
Si no tuviese que medir con un reloj estropeado
el tiempo que puedo vivirte.
Tic tac tic tac
y poco más.
Si durmiésemos enredados 
y me olvidase de cómo ladeaba la cabeza para no mirarte a los ojos,
y me especializaba en contar las baldosas del suelo.
Si pudiera mirarte cómplice,
y escaparme hacia otro lado,
por eso de que las miradas desnudan
y no es bueno arrancarse la ropa en público.
Si no tuviese que volver a ponerme con eso
de apretarme una mano con la otra
las noches de números impares
y sueños fríos.
Si pudiese creerme que debe ser culpa de la lluvia
que me ahogue cada vez que te ríes
y te tapas la cara con las manos.
Si pudiese despertarme otra vez,
arrancando el calendario que me atrapó en Diciembre
apenas cambiaría un segundo de este infierno de quererte.
Tic tac tic tac
y poco más.

A veces todavía lloro por tí.
Luego caigo en la cuenta de que lleva un año sin servir de nada.
Y vuelvo a llorar.
Supongo que es algo mecánico y sin sentimiento.
O una manera de sentir que no ha pasado el tiempo,
por unos segundos,
por otra copa,
por favor.
Que qué sé yo,
a veces me abrazaba a tí y me sentía viva.
Cerraba los ojos, muy fuerte,
y no quería desparecer,
si no era contigo.
Quería detenernos.
Pero no soy capaz de sostener nada frágil entre mis dedos.
Y así me fue con el tiempo.
Era todo tan bonito cuando soñaba con poder tirarte al suelo.
Se veía lejos el futuro, y ¿sabes?
siempre sonreía al pensar que lo mejor estaba por llegar.
Me gustaría no haber soñado nunca, ahora que sé que no se hizo realidad.
Me gustaría haber subido el volumen de la radio de tu coche,
para no enamorarme mucho,
haberme ahorrado una noche de Julio,
y aquel disco por grabar.
Habría escrito menos poesía y besado más labios.
Posiblemente debería haber mirado hacia otro lado en lugar de sonrojarme cuando te vi sonreír.
Pero es que no sabes el peligro que tienes cuando inclinas la cabeza.
Y cierras los ojos.
Y detienes mi tiempo.
Debería haberme dado cuenta entonces de que nada era posible
en lugar de hacer oídos sordos a las evidencias,
y no cargarme a la espalda una historia que siempre me ha quedado grande.
No debí sentirme segura contigo,
ni llorar contigo,
ni reírme a carcajadas.
No debí hacerme caso nunca.
Pero ya ves, aquí sigo,
escribiéndote...
Por si algún día podemos leerlo juntos.
Y así.

jueves, 9 de enero de 2014


Estamos a medio incendio de empezar a arder 
y no saber qué manos nos encienden
ni que besos son capaces de apagarnos.
Estamos a casi un puente de superarnos
y a medio río de ahogarnos con todas las poesías suicidas.
Estamos a dos pasos de una cama sin colchón,
contando más historias que todos los libros de la estantería,
que todos los cuerpos que durmieron sobre ella.
Estamos tan solos que no hacemos más que cruzarnos
y caminar en círculos uno detrás del otro.
Sin saber vernos y abrazarnos,
pero con demasiado miedo para decirnos adiós.
Estamos aterrados de acabar pareciendo cuerdos,
seguir convenios,
estrechar manos desconocidas
por vergüenza de rozar los dedos que nos sabemos de memoria.
Estamos aprendiendo cada cicatriz de nuestra historia,
leyéndonos la comisura de los labios, 
como si hablase una lengua extranjera, 
y se hubiese olvidado el pasaporte.
Estamos tan perdidos que no nos damos cuenta
de que hemos esquivado una mina con un traspiés.
Estamos tan entregados a entendernos por separado
que olvidamos
que somos incondicionales del no saludarnos
y que nuestro solitario "estoy" de todas las mañanas
ahora se disfraza de la incógnita de este "estamos".

martes, 7 de enero de 2014


Perdamos la dignidad,
el tiempo,
o la inocencia.
Lo que tengamos a mano.
Contemos cielos
en lugar de estrellas,
o historias.
A ser posible cuando el día tiene ese color tan bonito
al que llaman vida.
Inventemos recuerdos sin fuerza para caminar por la cuerda floja,
aunque tejan meses con su hilo.
Crucemos calles sin mirar
a uno de los dos lados,
al que dejemos más vacío cuando no estamos.
Soñemos mareas para inundar los lugares que nos hicieron morir,
y después bebamos el mar antes de que sea demasiado tarde.
Matémonos a noches,
besos,
caricias
y ausencias.
A café frío si no encuentro otra cosa en la despensa.
Pero hagamos juntos, de todas las palabras que faltan por dibujar, una vida.
Y si amanece que nos encuentre riendo,
pero sobre el mismo colchón.

domingo, 5 de enero de 2014


Eres la estrecha diferencia entre agua,
lluvia
y mar.
La sílaba que me interrumpe cuando no soy capaz de decir,
pero no me quiero permitir el lujo de callar.
Eres el "por favor no digas nada" cuando sólo necesitas un abrazo
y perderte en él
y yo en tu pecho.
Eres cada lágrima que reventó un poema
convirtiendo un himno en lamento.
Eres el tendal sin cuerda
que tenía miedo a ser violín.
Eres cada incongruencia que me hace tropezar,
la cordura que me falta
y mi falta de coherencia.
Eres aquel abril con complejo de libertad,
Aquella tormenta con lluvia de cine independiente
y aquella butaca que quedó vacía
junto a todas las miradas que no supe rechazar.
Eres tanto que aún no entiendo cómo pude conocer el mundo sin mirarte,
cómo pude enredarme
y porqué no consigo salir.
Eres tú, que dominas cada gota de lluvia
y comprendes los susurros del viento.
Eres tú, que me dejas escribirte sabiendo
que eres todo lo que existe 
y que inventas
lo que nunca existió.

jueves, 2 de enero de 2014




A ratos, todo esto del invierno me suena muy vacío.
Otras a tí,
a escuchar "Vis a Vis" en la calle mientras se ilumina.
A dejar escapar el calor entre mis labios.
O una sonrisa.
Y otras veces me olvido de lo que es el invierno y deja de sonar.
Como si nunca hubiésemos existido.
O como si fuésemos algo más que existencias que se han encontrado
y que esperan, abrazados, el momento de separarse.
Pero a fin de cuentas nadie ha puesto final a los inviernos.
Simplemente un día dejamos de tiritar y pensamos "se ha ido un invierno más".
Hay algunos que se atreven a jugar con las fechas de caducidad:
"Es veintiuno de sabediosqué, ya se ha acabado el invierno."
Pero supongo que ambos están equivocados.
El invierno y tú sois lo mismos.
Y no te vas tapándome con una manta, silencioso, sin que pueda recordarte.
Y no llevas un "consuma preferentemente antes de..."
Simplemente te vas.
Sin tener música ni una estación con tu nombre.
Pero quise disfrazar de tí al invierno.
Ahora diciembre se ha escapado...
y no quiero dejar de tiritar.