miércoles, 19 de febrero de 2014


El amor siempre fue una mierda.
Pero yo escondía la cabeza entre las sábanas,
porque no quería verlo.
Por miedo a despertarme
y no tener a nadie a quien imaginar
enredando la cama tan vacía.

Fui de mano en mano sin que nadie me tocase
clavándome puñales cada Junio
y guardándolos en un cajón como recuerdo
a falta de caricias.

Supongo que me mantenía viva aquello de salir a la calle
por si nos cruzábamos
y podía agachar la cabeza
y notarte mirando.
Aunque nunca te importase.

Quería nadar entre la gente,
y poner nuestra piel en sus historias.
Ganar al tiempo y congelar un beso por decirte
que nada pesó tanto como quererte sola.

Tenía miedo
de perder los buenos momentos en que mirabas a otras
y me daba fuerzas con los "puedes ser tú".

Pero ya ves.

Se me han cansado las lágrimas de esperarte
y he visto llover tantas veces que ha dejado de gustarme el invierno.
Hay días en los que intento decir otro nombre
pero nunca me sale poesía
y acabo llorando en las mismas palabras de "nuestras canciones"
que nunca llegaste a escuchar.

Memoricé los días del calendario
arrancando tallos a las margaritas,
para inventar el "no le importo" como alternativa al "me quiere", "no me quiere".

El amor es una mierda,
así que ven,
que no todo tiene que morir por desgaste.
Y Abril está a la vuelta de la esquina
con miedo a encontrarme aún agachando la cabeza al verte.

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