viernes, 25 de octubre de 2013


Te necesito tanto que me estoy perdiendo.
Lejos.
Tanto que necesito tus besos.
Tanto que tus mañanas, que tus noches.
Tan perdida que no me necesito si es sin tí, tan lejos que muero por lo que nunca tuve.
Y ahora juego a no importarme nada.
Y me he olvidado de las reglas.
¿Podrías enseñarmelas de nuevo?
Como cuando no nos conocíamos.
Como cuando los días eran irrelevantes.
Yo primero y después, si tenemos tiempo, tú.
Y así sucesivamente o al revés, como prefieras.
Pero nunca el uno sin el otro.
Esas son mis reglas.
Las que tenías que enseñarme.
Háblame ahora de las noches que malgastaste en mí.
Muéstrame tus silencios, estos que pesan tanto que te ahogan.
Ah...
Lo siento.
Olvidé que era la única que jugaba.
Olvidé que siempre pierdo.
Y así siempre.
Siempre el uno sin el otro.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Sin tí.


Muero.
Y es un dolor seco, duro,
sin fuerzas para llorarte.
Necesito señales de vida, pero sólo si son tuyas.
Sino, las archivaré en mi señales de muerte.
Vive conmigo, estoy harta de sobrevivirte sola... pero no quiero superarte.
Estabas en cada esquina de mi vida
en cada rincón
en cada calle
en cada sueño.
Y ahora te encuentro cada vez que me pierdo... y si te encuentro no te doy la oportunidad a encontrarme.
Y ahora se me encoge el corazón al pensar en tí... y echa de menos cuando se salía del pecho.
Creo que ha hecho las maletas.
Sí, mi corazón. Valiente estúpido.
Me siento tan vacía que he llegado a pensar que es porque no siento.
Y no es tu culpa, ni la mía, ni de mis esperanzas absurdas, ni de mi pasado idílico.
No, es culpa de mi corazón. ¿A dónde va a ir con esas maletas?
No me importa, es su problema.
Pero... ¿a dónde voy a ir yo sin tí?
Sin tí.
No quiero y no puedo... y no querer es no poder. Eso es clarísimo
Sin tí
...
ni siquiera sabría cerrar esta frase.
Ni la puerta, ni los ojos, ni la ventana, ni la vida.
¿Quien cierra vidas?
Yo no... y menos sin tí.