miércoles, 24 de octubre de 2012

Reflexiones sin sentido.


Somos aire que respiramos, somos un intento de todos nuestros sueños. Lloramos agua, sí, porque dañaríamos al mundo si llorásemos fuego. Si fuese el viento quien exteriorizase nuestros sentimientos, derribaría las estanterías perfectamente colocadas, los libros, las tazas. ¿Y si fuese olvido? Si fuese olvido el llanto sería el propio motivo, y por lo tanto volveríamos a llorar agua.
En gramática se dice que una acción "perfecta" es una acción terminada. Los seres humanos queremos vivir eternamente siendo perfectos, es decir, continuar eternamente viviendo una vida acabada.
Desde que nacimos nos han prometido que algún día alcanzaríamos el cielo y siempre lo hemos visto como una hermosa metáfora sobre la victoria. Sin embargo, hay que pararse un instante a pensar qué sería alcanzar el cielo. Vivir sólo en un vacío, abarcar un todo sin tener nadie alrededor. Al final, no es tan diferente a la victoria en la propia tierra, donde cuanta más gente te rodea más sólo te sientes, cuanto más abarcas más pierdes, cuanto más ganas más necesitas poseer.
Hablamos de que son los demás quienes quieren pisarnos, sin embargo es un concepto mal empleado. Pisamos para sobrevivir, para avanzar. Pisamos para caminar en una lucha, en una victoria. Pisamos la tierra con la que compartimos nuestros sueños y esperanzas, y pisando llegamos a nuestras metas. Sería más correcto decir que los demás nos han "atravesado", es decir, han alcanzado sus objetivos ignorando nuestros sueños, nuestras esperanzas.
Ahora, por un segundo cierra los ojos. No has aprendido absolutamente nada de estas reflexiones. No aprendas de las palabras incoherentes de un escritor, no son más que lluvia de Octubre encerrada en tinta. No aprendas absolutamente nada, pero teniendo en cuenta lo duro que es el mundo sin la escritura, hazme caso en una cosa... no abras los ojos.

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