lunes, 17 de junio de 2013


Estoy viendo el tiempo desvanecerse entre mis dedos... otra vez.
Los segundos han adquirido un tono pálido y doloroso, un peso abrumador.
En mis brazos descansan las horas en las que te extrañaba, mientras tú aún conservas la forma de mi cuerpo que a penas pudo respirar sobre tí.
Dicen que no hay peor dolor que el por vivir, y cumpliendo letra por letra esa sentencia siento un puñal atravesarme, robarme lo único que quería, llevarte lejos sin poder decirte adiós.
Mis ojos se pierden en un infinito por construir, se pierden en el recuerdo de tus ojos, de tu sonrisa. Me pierdo en tí y una vez más sin encontrarme vuelvo a carecer de todo sentido.
Por favor, congela este momento, déjame encerrada aquí en el dolor de la espera pero no me hagas vivir otra despedida.
No, por favor, no puedo soportarlo otra vez, no puedo dejar marchar de nuevo todo lo que poseo.
Tengo miedo, los recuerdos pesan demasiado y las lágrimas terminan por erosionar cualquier rastro de alegría.
Tengo miedo sin tí, sin poder resguardarme en tus brazos. Tengo miedo de mí, de verme sola cada día, sin encontrar un aliciente para respirar el siguiente instante que se retrasa en su latir.
No te vayas, por favor, no todavía.
Déjame al menos suplicar entre tus brazos, derramar la última lágrima sintiéndome protegida.
Dame al menos la oportunidad, antes de perderte para siempre, de decirte que te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario