martes, 13 de marzo de 2012

Una loco contra el amor


Me paro en medio de un vacío silencio a cuestionarme mis inexistentes principios
Mi mente me repite que soy un producto de la nada, mi corazón le contradice, él insiste en que soy poeta, persona ahogada en un profundo mar de sentimientos incomprensibles.
Mientras el día pasa al otro lado de mi ventana el tiempo se detiene.
Lleva parado desde que tenía memoria.
Digo tenía porque ya no la tengo, he perdido todo rastro de característica humana, todo ápice de cordura se ha desvanecido entre las amargas hojas del papel.
Ahora soy loco, un loco sólo entre la poesía, un loco sólo entre la soledad de un loco, y lo peor... soy un loco contra el amor.
Mi "yo" se ha interpuesto en mi camino.
"yo"  ha decidido odiarme haciéndome quererla, ni tan siquiera pude controlar lo que sentía, pues soy un loco dentro de "yo" pero ni tan siquiera ese "yo" puede ser considerado primera persona, es simplemente otro "él" que ocupa el lugar de un "yo".
Mis ojos la vieron, no pude poner las manos sobre ellos. Mi corazón empezó a latir, habló con mis ojos sobre su sonrisa, pero no fueron mis labios quienes lo dijeron sino los oscuros labios de mi "yo".
¡ESTÚPIDO DESCONOCIDO!
Intenta entender que no puedo quererla, soy un loco y un poeta, no un enamorado.
Sentí lo que nunca había sentido, me envenené con la más dulce de las drogas sin ni tan siquiera tomar entre mis manos el vaso que contenía el veneno.
Golpeo fuertemente la pared de mi oscura habitación de loco, en mi caos de loco con mi atmósfera de poeta.
Soy un loco... y nadie podrá negarlo. Intentarán atacarme llamándome loco, pero de locos está el mundo lleno.
Seguro que quien con sus sucios labios me profane, quien hable a los que ama del estúpido loco de la casa en París no sabrá nada de mi historia... ni tan siquiera sabrá mi nombre, sólo sabrá que estoy loco.
Pero quien en su amarga vida intente decir al mundo que un loco no tiene razón, quien intente que mi incoherentes y poéticos pensamientos pierdan su sentido... esos se darán cuenta de que sólo fui un desequilibrado más, que sintió el peor de los fuegos en su interior...
Sí, "yo" ha intentado quemarme cuando por primera vez la vi... pero aún me queda el consuelo de que todos esos que me llaman loco por dentro han enloquecido.
Todo el mundo ha amado alguna vez

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