sábado, 27 de abril de 2013


Mi mirar no era más que una pupila oscura manchada de recuerdos.
Recordaba las miradas que no llegaron a ser más que un velo cubriendo las pestañas, un susurro en los labios que no se atrevió a ser palabra, ni palabra ni beso, ni sentimiento ni pasión.
Adquirí la forma de un pasado cobarde, de tardes teñidas de incertidumbre, de suspiros en el cielo fingiendo ser nubes.
Volví la vista al frío del invierno, a la crueldad de las noches que intentaban acunarme en su silencio para disipar mis lágrimas y dejarme conciliar el sueño... pero las noches siempre han sido solitarias sin tí.
Acarició mis labios el viento, viento que sabía a tí, incluso me aventuro a decir que sabía a tus propios labios.
Viento que sabía al misterio que los rodea, a la utopía en la que vivo y a la que intento arrastrarte.
Vida que me sobrecoge, tiempo que mira como si fuera olvido, susurros que suenan a tí... ¿y yo? yo solo yo si soy contigo.

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