domingo, 1 de abril de 2012

Creo en la elegancia.


Creo en una vida elegante, una elegancia ajena a lo material.
Creo en la elegancia de levantarse por la mañana y sonreír al ver la luz entrar por la ventana, en la elegancia de mi camiseta desgastada por las notas del Rock N Roll
Creo en la elegancia de las miradas perdidas en el aire de la ciudad, en la elegancia de las sonrisas que se pierden entre el viento.
Creo en la elegancia de la anciana mujer que mira al cielo planteándose una forma de vida basada en vivir cada segundo como si el siguiente fuese un regalo.
Creo en la elegancia de los niños, que ven tan cerca del suelo su perdición y tan lejos el futuro, encerrado en un globo de brillantes colores, que en una simple ráfaga de viento se puede despedir.
Creo en la elegancia de mi vida, que sin saberlo se despide de la vulgar mortalidad, creo en la elegancia de mi sonrisa, de mis dedos recorriendo la poesía.
Creo en mí y creo en la vida, por eso creo en la elegancia.

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