jueves, 26 de abril de 2012

Querido




"Querido:
Aquí está de nuevo la chica de las cartas, aquella que encierra en un sobre miles de sentimientos envenenados, la pureza de la tinta los ha corrompido.
El cielo está claro... me gustaría ser el cielo.
Malgasta un instante de tu valioso tiempo en interiorizar las palabras que yo no puedo susurrarte al oído. Imagina mis labios diciendo que aman tu sonrisa, visualiza mis pestañas alejando al entrometido aire de la distancia entre nuestros ojos... entre nuestro foco de injusticias y perdiciones: entre nuestra distancia.
He recorrido la ciudad caminando sobre mis inseguridades y consejos malgastados, intentando imaginar cada palabra que mi mente escribía como un momento a tu lado. Me he vuelto loca en mi paseo, pero sólo quería salir, había una mayor probabilidad de encontrarte perdido en el silencio de la calle que esperando en casa a que los segundos me robasen la juventud y acatasen mis vacías órdenes de olvido.
La gente me dice: "buenos días poeta" "buenos días chica de las miradas olvidadas".... ¿sabes qué poco me gusta que la gente me salude por la calle cuando no estoy aferrada a tu mano? sí... puedes pensarlo, nunca he estado aferrada a tu mano, pero lo he imaginado en infinidad de ocasiones, y prefiero vivir la fantasía que la realidad, me deja un mayor margen de subsistencia, me es más sencillo sobrevivir.
¿Mis palabras carecen de sentido, no es cierto?
Por eso te escribo a ti esta carta, porque como antes he mencionado el cielo está claro, y a mí me gustaría ser el cielo... pero no lo soy.
Soy una tormenta de verano, que moja la arena de la playa sobre la que miles de personas intentan olvidar. Soy odiada por la felicidad y salpicada por el amargo sentimiento de compasión de las personas: al menos ella es lluvia y nosotros somos la arena.
No soy clara como el cielo, mis sentimientos no están despejados, ni tan siquiera creo que puedan estarlo algún día, pero no es mi intención llegar al cielo sino sobrepasarlo... y supongo que antes de superar un obstáculo tengo que demostrar que mi fuerza es mayor que su pureza.
Bien, no tengo nada más que decir pues nada he dicho. Espero que los infinitos misterios que te rodean no se encuentren disconformes con mi peculiar forma de decirte dos palabras.
Sí, te amo. "

Tiro el sobre en la misma papelera que todos los días. Nunca me atreveré a entregarle una de mis cartas de poeta
-Buenos días chica de las miradas olvidadas
+Buenos días
Respondo desganada y aferro el aire... sabiendo que nunca podrá ser tu mano.

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