domingo, 5 de febrero de 2012

Ser escritora


Vivir entre miles de historias que no tienen un final, cientos de silencios que han desembocado en un vacío lleno de ruido.
Tormentas que parecen no acabar, ni tan siquiera han comenzado y por eso no terminan.
La presión de la gente, la sensación de que miras la masa desde el cielo, que nunca podrás sentirte como ellos, aunque tal vez sea mejor...
Nunca entenderán tus sentimientos, tal vez seas superior a ellos, tal vez no sean dignos de entender.
Cansarse de subsistir bajo un seudónimo, ahogarse en la carencia de un pronombre para mis poesías, ¿quien se ahoga en la carencia si no es un escritor?
Mi corazón siente letras, mi pobre corazón de papel, bañado por una sangre de tinta que late arte e incomprensión.
Puede que el mundo no entienda, puede que un escritor no haya nacido para ser entendido, tal vez ni siquiera haya nacido.
¿No se nace cuando respiras, cuando miras el mundo a través de los ojos de la realidad?
Nunca he respirado el mundo en el que vivo ni he mirado a través de la realidad, el mundo es tan sólo otra palabra que se interpone entre mis sueños y mi papel, mi mirada se centra en la fantasía, la única falsa realidad en la que puedo sentirme bien.
Soy escritora, no pretendo vivir una existencia comprendida, pretendo que se entienda mi realidad: mi arte.

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